lunes, 11 de octubre de 2010

Una mirada desde adentro...

La siguiente entrevista es a Claudio Marto, un peronista que vivió la época de la Lealtad Peronista desde un lugar privilegiado. Es decir, desde adentro. Afortunadamente tuvimos la oportunidad de hacerle unas cuantas preguntas para ofrecerles a todos su visión. 
- Nosotras: Antes que nada, gracias por recibirnos y contarnos sobre la Lealtad Peronista
- Claudio Marto: No, no es nada

-Nos: ¿Piensa del 17 de octubre de 1945 lo mismo que en ese momento, sobre todo en lo que se refiere al papel de Eva Perón en los acontecimientos?
- CM: Mi visión del 17 de octubre sigue tal cual. Los responsables por el rescate de Perón fueron Domingo
Mercante, un grupo de gremialistas empecinados en liberarlo y la cantidad de trabajadores que convergieron sobre la ciudad. Eva Perón, quien más tarde se convertiría en el corazón y el alma del movimiento peronista, no jugó ningún papel en los acontecimientos de ese día. Aún no me he topado con pruebas nuevas que sugieran lo contrario.

- ¿Qué visión existe hoy en Estados Unidos sobre lo que fue el 17 de octubre?
-Hoy no hay otra visión del 17 de octubre en los Estados Unidos que no sea la proyectada por la distorsionada versión presentada en el film de Madonna y el musical "Evita".

-¿Y en el resto del mundo?

-La visión, por suerte, es buena. A Evita se la ve como una mujer fuerte y muy querida por las masas populares de nuestro país, y a Perón, como el movedor de masas y el luchador por los que menos tenían.

-¿Y qué efecto le produjo que usted halla vivido la verdadera historia?
-Lo que más me conmovió del 17 de octubre es lo genuino y espontáneo que fue todo lo que sucedió ese día. Los opositores de Perón dijeron que los trabajadores fueron manipulados para accionar en su favor, pero las pruebas históricas sugieren lo contrario. Este no fue el caso de una demostración manufacturada sino un ejemplo raro de un movimiento de masas autogenerada. Es cierto que los líderes laborales hicieron correr la voz del arresto de Perón, pero si los trabajadores no hubieran estado convencidos de que era en su propio interés que debían marchar a la Plaza de Mayo, no lo hubieran hecho y la historia argentina hubiera tomado un curso diferente.

-¿Y cómo analiza usted hoy aquel surgimiento, en 1945, de una clase desconocida en la gran ciudad, expresada en la concentración de Plaza de Mayo, a la luz del fenómeno contemporáneo de los piqueteros, representantes contemporáneos de la marginalidad social?

- Los descamisados del 17 de octubre eran, en su mayoría, trabajadores con empleos que estaban tratando de preservar los beneficios que Perón les había conseguido; lo que ellos exigían era entrar en la vida política del país. Los piqueteros son gente sin empleo que exige que el país reconozca su condición y carencia y haga algo para subsanarlas. Los descamisados estaban protestando contra el gobierno, mientras que los piqueteros parecieran estar siendo alentados por el gobierno. La marcha de los descamisados fue un hecho único, con un propósito y con un efecto que cambiaron para siempre la historia de la Argentina. Las actividades de los piqueteros parecen tener carácter cotidiano y amorfo.  

-En vida, Perón tuvo una vigencia política de treinta años. Hace algo más de tres meses, justamente, se cumplió el 30° aniversario de su muerte. ¿Qué queda de Perón?
-La doble herencia de Perón está en la devoción por él que alguna gente todavía lleva en el corazón y en el movimiento que tomó su nombre. Desgraciadamente, para solucionar los problemas que enfrenta la Argentina hacen falta más que sentimientos y se requiere un movimiento político estructurado, al día y con principios coherentes, cosas que el legado de Perón no ha producido.

-¿Cómo definiría usted hoy al peronismo? ¿Ha cambiado su opinión sobre el movimiento con el paso del tiempo?
-En vida de Perón, el peronismo siempre fue muy personalista y dependía de la voluntad, el criterio y el intelecto de su conductor. Sin Perón, al partido que lleva su nombre le ha resultado muy difícil adaptarse al liderazgo ejercido por otros.

-Pero permítanos preguntarle qué habría hecho Perón si hubiera estado en la situación de Kirchner a partir del 25 de mayo de 2003.
-Esta pregunta no tiene respuesta. Perón fue el producto de su tiempo. Respondió a los retos que le tocó enfrentar siguiendo lo que le indicaba la suma total de su experiencia. Si en 1973 él hubiera tenido 50 años, su accionar hubiera estado dictado por una serie de experiencias totalmente diferentes. ¿Cómo hubiera reaccionado Abraham Lincoln frente a ataques terroristas si hubiera llegado al poder en el 2001? ¿Cómo gobernaría Henry VIII la Inglaterra que es parte de la Unión Europea del 2004? ¿Quién lo sabe?

-¿Tiene opinión sobre la idea de trasladar los restos de Perón y Evita a un mausoleo en la quinta de San Vicente?
-A ambos se les debería permitir descansar en paz donde están sepultados ahora.


-¿Se puede hacer una revolución similar, hoy, en una era que parece que estamos sin ideólogos, sin intelectuales?
-De ninguna manera, y menos en el caso de los países dependientes. Yo sostengo que la colonización es ante todo cultural. La colonización mental es el requisito indispensable para la colonización material. Uno se puede liberar siempre y cuando haya una autoconciencia nacional... Yo creo que se trabajó muy bien en la mente del argentino, para luego consolidar la dependencia material. Una revolución en América es absurda, no se comprende, sino como una revolución con bases culturales profundas y con una visión muy clara de lo que debe hacerse en materia del espíritu. El caso de México es típico. A la Argentina le ha faltado un Vasconcelos como Ministro de Educación. La revolución peronista no lo tuvo ni lo ha encontrado todavía.

- Nos: Bueno, Claudio, gracias por todo
- CM: No por favor, fue un placer


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