lunes, 11 de octubre de 2010

Un análisis profundo sobre el Día de la Lealtad Peronista V

Fragmento del libro PERÓN primera parte (1895-1952) de Joseph A. Page (Profesor de Derecho y Director del Centro para la Promoción del Estado de Derecho en las Américas).

- El 17 de octubre -

[...] Mientras Ávalos posponía una desición y los trabajadores fluían hacia la ciudad, Perón estaba sentado muy tranquilo, vestido con un pijama azul, en el piso once del hospital militar. Había sido admitido a las seis y media de la mañana -luego de un viaje en lancha de cuatro horas, bastante movido, desde Martín García- y se lo había ubicado en el departamento capellán. A mitad de mañana, un grupo de colaboradores se reunió allí con él mientras, afuera, frente al hospital, mil trabajadores que habían descubierto su paradero llevaban a cabo una demostración. Aparentemente, Perón podría haberse ido a su casa en cualquier momento, pero prefirió quedarse y esperar los acontecimientos [...]
[...] En el centro de Buenos Aires, porteños de punta en blanco se paraban en las aceras y miraban embobados la invasión. Los intrusos de cabello y piel oscura vestían overoles y otros tipos de ropa de trabajo. Uno de ellos, una mujer que había hecho el largo viaje desde Rosario, se había disfrazado de República Argentina, con traje largo y banda blanca y celeste. Portaban estandartes y carteles, algunos con la efigie de Perón; cantaban melodías populares, con versos nuevos adaptados a la ocasión y sus coros estaban dedicados al coronel. Aunque era una jornada templada y muy húmeda de primavera y aunque al mediodía el cielo nublado dejó caer una ligera llovizna, el pueblo seguía llegando. 

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